Monitora del comedor
Las olas blancas no paran de jugar.
Una tras otra, explotan en el mar.
Las olas blancas vienen y van
y yo no me canso de mirar.
Grandes, pequeñas, vienen a la arena
y luego se van...
bailan, rugen y caen.
Baja la luna blanca
y las estrellas blancas de sal
vuelven a saltar.
Las olas blancas no paran de jugar.
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